Muy pocos autores tienen el
privilegio de ser tan respetados y queridos por sus lectores como Roald Dahl. El secreto, como él
afirmaba, es ponerse siempre del lado de las niñas y los niños. Sin moralejas y
con grandes dosis de magia, sus protagonistas se enfrentan a las trampas de los
adultos y siempre vencen.
James y el melocotón gigante (1961)
Charlie y la fábrica de chocolate (1964)
Matilda (1988)Charlie y la fábrica de chocolate (1964)
Las brujas (1983)
Poesía para niñas y niños:
Cuentos en verso para niños perversos (1982)
¡Qué asco de bichos! (1984)
Puchero de rimas (1989)
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