30 noviembre 2016

La Leyenda del Hilo Rojo


En el Proyecto "El Laberinto del Corazón " hemos contado la historia del hilo rojo, por eso todos los corazones que han pintado las niñas y niños están unidos con un hilo de color rojo.

leyenda del Hilo Rojo



Existe una leyenda  japonesa  y china que es la leyenda del hilo rojo. Según hilo rojo se ata en el dedo meñique, Y dice que todos aquellos que están predestinados a encontrarse están ligados por este hilo invisible, a pesar de las circunstancias, el lugar, el tiempo. Ese hilo invisible puede enredarse, puede tensarse, puede ser inmensamente largo, pero nunca  podrá romperse. Si piensas por un momento en el hilo rojo  te darás cuenta de que no solo habla del amor en pareja, si no que el rojo simboliza la fuerza y la suerte y el hilo es la luz que nos va enlazando a todos uno a uno...
Esta leyenda surge cuando se descubre que la arteria ulnar conecta el corazón con el dedo meñique. Al estar unidos por esa arteria se comenzó a decir que los hilos rojos del destino unían los meñiques con los corazones; es decir, simbolizaban el interés compartido y la unión de los sentimientos. El hilo rojo es símbolo de amor.

Los japoneses suelen cerrar promesas haciendo una “promesa de meñique”, a la que corresponde esta canción infantil:


Yubikiri genman, uso tsuitara hari senbon nomasu…
Promesa de meñique, si miento me tragaré mil agujas...

 

En china aparte de la leyenda se tiene también la creencia de que a veces el hilo rojo es tan largo que nunca jamás se encuentra a la persona que está atada al otro extremo, o que al estar roto y ser invisible nunca nos llevara hasta nuestro verdadero amor.
Luna, sale cada noche y busca entre las almas aquellas que están predestinadas a unirse en la tierra, y cuando las encuentra las ata con un hilo rojo para que no se pierdan.
El hilo rojo es el hilo invisible que nos acerca a todas las personas en esta tierra y lo que nos une a pesar de vientos y mareas, bien sean familiares, amigos, vecinos o conocidos.
Es la metáfora de la afectividad sentida, pero jamás fingida.




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